Cuando los agentes de seguridad llegaron al banco, el ladrón les explicó que no tenía domicilio fijo y necesitaba asistencia médica. Como resultado, le metieron en la cárcel del condado de Clackamas acusado de robo en segundo grado con una fianza de 250.000 dólares.
La Policía logró determinar que Alsip quiso ser detenido precisamente para recibir la atención médica. Durante la semana pasada este ciudadano ya exhibió un comportamiento extraño, pidiendo a la gente en la calle que llamara al 911. El propio Alsip llamó sin éxito al teléfono de emergencias para quejarse de varios problemas, como ser atropellado por un coche, un dolor terrible de muelas e incluso alegando una sobredosis de drogas.