Reír por no llorar: Promocionan al PRISM como el mejor servicio para 'compartir' datos

La revelación de la existencia del programa PRISM, que permite al Gobierno estadounidense vigilar Internet, ha generado todo tipo de parodías en la Red.
La presentación en la página getprsm.com ofrece a todos los usuarios de redes sociales prestar atención al PRISM, un medio más eficaz para compartir todo lo que quieran y no quieran.  
  Las capacidades del PRISM mencionadas en el portal avergonzarían a cualquier red social, ya sea Google+, Facebook o Twitter.
Contando con cientos de millones de usuarios potenciales en Estados Unidos y miles de millones en todo el mundo, el PRISM no tiene igual entre las redes sociales, según se desprende del portal.
Con esta herramienta recientemente revelada por Edward Snowden  el usuario nunca se arrepentirá de haber olvidado compartir algo con los demás. Todas las fotos, videos, historias de búsqueda y movimiento, correos electrónicos, comentarios y comunicación se compartirán sin que haya que mover un dedo.
El PRISM es incansable por ser "capaz de recibir billones de megabytes de datos al instante", recomienda la página.  
Almacenar los datos tampoco es un problema, puesto que el centro de datos del PRISM tienen una capacidad de 5 zettabytes, lo que le permite guardar todo lo que se suba sin que se quede sin espacio libre.
Además, si uno utiliza el PRISM no hay que renunciar a otras redes sociales. Gracias a la alianza con de gigantes como Google, Apple y Facebook, uno no deja de disfrutar de los beneficios del PRISM usando los productos de dichas compañías.
Es más, la Agencia de Seguridad Nacional agradecerá si la gente sigue utilizando las redes sociales habituales activamente. Lo mejor de todo es que para usar el PRISM no hay que buscarlo, porque "PRISM siempre estará donde uno está", reza la página.
Getprsm.com ofrece registrarse en el PRISM. Lo sorprendente es que al apretar el botón en la pantalla, aparece el aviso de que "ya estás registrado". 
Una ventaja no mencionada en la página es que el servicio es absolutamente gratuito, dado que los generosos contribuyentes estadounidenses ya lo han pagado.