El incidente ocurrió en el municipio de Poio, provincia de Pontevedra (Galicia), donde un individuo con el rostro cubierto con un pasamontañas y esgrimiendo un cuchillo exigía toda la recaudación del día a la dependienta.
Vamos a ver. Soy madre de familia. Aquí estoy trabajando. No me jodas la vida, y vete a atracar a otro ladoLa mujer apenas había tenido clientes y tenía poco dinero en la caja. "Le mostré que había poco", relató María, quien a pesar de las amenazas del delincuente, se armó de valor y decidió regatearle el botín.
"Tengo familia, tengo que mantenerla, y lo que te lleves tendrá que salir de mi bolsillo. Yo te doy cinco euros, te vas con ellos y ni te denuncio", le manifestó María José.
Pero "me pidió 50 y yo le dije: mira, 10 y vete con Dios ya. Luego me pidió 20", y así en un 'toma y dame' que duró unos tres tensos minutos, consiguió que el ladrón se conformara con 15 euros (unos 19 dólares) y abandonara la tienda.
La dependienta justificó la defensa del local porque ella "vive de eso" y es su supervivencia lo que está en juego. "Les tenemos dicho [al personal] que si entra alguien, pues que no opongan resistencia. Que le den el dinero y nada más", dijo por su parte el propietario del negocio. Pero por lo visto, parece que María José olvidó esas indicaciones, aunque afortunadamente sin consecuencias para ella.