En 2009 Julio César Grassi fue condenado en tres instancias por abuso sexual agravado contra menores, pero pese a la condena gozaba del beneficio de la libertad hasta que la sentencia fuera firme.
La iniciativa pertenece al Tribunal Oral en lo Criminal Número 1 de Morón, al oeste de Buenos Aires, y se produce seis días después de que la Corte Suprema de Justicia de la provincia de Buenos Aires hiciera firme la sentencia contra el cura por pederastia. "Dejar a Grassi en libertad es casi colaborar con el delito", dijo el fiscal Alejandro Varela durante una audiencia.
"Se debe hacer cesar la alternativa de la libertad vigilada y proceder a la inmediata detención de Julio César Grassi en el entendimiento que una decisión en contrario a esta altura sería de alta gravedad institucional e impediría restablecer la vigencia de las normas y la confianza en la justicia'', según la resolución de los tres jueces del tribunal.
"Armaron una causa... ¿Cómo puede ser que un fiscal mienta tanto? ¿En qué manos estamos?'', fue la respuesta de Grassi ante los jueces que más tarde ordenaron su detención. En su defensa, el sacerdote indicó que una investigación interna de la Iglesia, encargada en 2010 por el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina Jorge Mario Bergoglio -ahora el papa Francisco , concluyó "en mi inocencia''.
El escándalo surgió en octubre de 2002, cuando una investigación periodística difundió las denuncias de abuso sexual de varios menores sin familia que estaban bajo el cuidado de Grassi en la Fundación Felices los Niños, en Hurlingham. En aquel entonces un joven de 19 años contó en la televisión que Grassi había abusado de él cuando tenía 15 años, más tarde la causa incorporó las denuncias de otros menores. También se le imputan los delitos de corrupción de menores agravada por su condición de sacerdote y amenazas contra uno de los denunciantes.