"El tratamiento de ensayo es el último recurso para muchos pacientes", señala a RT Langbehn, que tras la suspensión de las actividades del gobierno estadounidense, el pasado 1 de octubre, ya no puede seguir con el fármaco experimental 'Cabozantinib' que ha dado los resultados positivos para otros tipos de cáncer y, posiblemente, pueda hacer lo mismo con el sarcoma.
"Ya me he sometido a dos sesiónes del tratamiento aprobado, pero eso es mucho menos de lo necesario", añade la joven, que lamenta cómo una decisión política pone en riesgo su vida.
Cada semana unas 200 personas han sido rechazadas a causa del 'cierre', ya que el Instituto no puede continuar los ensayos clínicos. Para desbloquear esta situación y que cientos de personas afectadas vuelvan a recibir el tratamiento necesario, Langbehn ha decidido recolectar firmas de apoyo. De momento, ha recabado más de 100.000.
"Es una cuestión de vida y muerte, no se trata de convicciones, necesitamos este tratamiento", concluye Langbehn.