Bolivia: Niños, condenados a vivir con sus madres… en la cárcel

Se estima que unos 2.000 niños en Bolivia no tienen otra opción que vivir en la cárcel donde sus madres cumplen condena. El Gobierno ha empezado a desalojar de las prisiones a los chicos mayores de 11 años debido al maltrato que sufren
En pleno centro de La Paz, un centenar de mujeres vive en Miraflores, una cárcel de máxima seguridad. Muchas de ellas cumplen condena junto a sus hijos.

Fresia Vizcarra ha pasado por la cárcel varias veces. Según ella, por necesidad. Vivió junto a sus niños hasta que se hicieron mayores. "Es triste porque los niños no pueden salir, pagan una culpa que no es de ellos", señala Fresia.
 
"Cuando las madres discuten o cuando ocurre algo que no es conveniente que los niños vean, discusiones o algún problema con las mamás y esas cosas, los niños captan todo. Entonces no es bueno que los niños estén en las cárceles", afirma Alda Ribeiro Acosta, otra rea de Miraflores.

En esa cárcel hay una escuela adonde los niños acuden a diario. Catalina lleva 7 años enseñando ahí, y aunque considera que es bueno que el niño esté con la madre durante su etapa de crecimiento, ha visto que cuando llegan a la adolescencia muchos desarrollan comportamientos violentos.
 
"Muchos de ellos son agresivos... son agresivos, salen afuera y no es lo mismo que estar libres. A veces es porque tienen timidez con la relación afuera, con las otras personas o a veces reaccionan como en el penal: violentos", afirma la educadora Catalina Anales.

Para evitar el encierro total, las maestras sacan a la calle a los hijos de las reclusas cada día. Ese es uno de los momentos de libertad que tienen los hijos de las reclusas de la prisión de Miraflores. Vivir entre rejas es el precio que pagan por estar junto a sus madres. En esa prisión la mayoría de los niños tienen menos de 6 años, pero son muchos los centros en Bolivia donde adolescentes todavía viven encerrados con sus padres.

Norri Meneces del Castillo, otra educadora, asegura que algunas reas "se enamoran del hijo de otra interna, que tiene 14, 15 o 16 años" y que "hay muchas violaciones a los niños y a las niñas". Así las cosas, el Gobierno comenzó el pasado junio a desalojar a los niños mayores de 11 años de las prisiones.

"Tenemos un plazo más o menos hasta diciembre de este año de poder sacar a todos los niños de las cárceles y poner en algunos albergues a aquellos que no tienen familias para que se hagan cargo de ellos", sostiene Armando Enrique Escardoso, director de seguridad penitenciaria.

Bolivia cuenta con una larga lista de denuncias de violaciones a menores en sus cárceles. Algunas de estas violaciones fueron cometidas por los propios familiares de los pequeños. Esas situaciones a menudo se ven agravadas por el habitual consumo de alcohol y drogas en los penales. Para final de año se espera que gran parte de los menores hayan abandonado las cárceles del país.