Según filtra la cadena NBC Charlotte, la casa, actualmente en construcción, le costó a Furtick 1,4 millones, y resto del precio final se destinó a la adquisición de los terrenos adyacentes. La transacción no lleva el nombre del sacerdote, sino de un fiduciario. Según Furtick, es por la seguridad de su familia.
La inversión en la residencia es prácticamente igual al total de los fondos destinados a los programas sociales de la iglesia en 2012 (1,85 millones). El propio sacerdote insiste en que no usó el dinero de Elevation Church para invertir en la residencia. "Lo construí con el dinero de la venta de mis libros y di también parte de los beneficios a la iglesia. No está bien que ahora parezca que me estoy defendiendo, como si hubiera hecho algo incorrecto", comentó Furtick ante sus parroquianos el pasado 29 de septiembre.
Sin embargo, la lujosa residencia del pastor no deja de causar polémica. Trinity Foundation, una organización con sede en Dallas (Texas) que se postula como grupo de vigilancia sobre el fraude y el abuso por parte de grupos religiosos, reclama a Furtick más transparencia financiera. "Un pastor debe estar al servicio de su gente. Debe ser el más transparente de todos. Me entristece ver en qué se está convirtiendo la iglesia y que se aleja de la época en la que los pastores vivían como los más pobres entre los pobres y no los más ricos entre los ricos", insiste el fundador del grupo, Ole Anthony.