La idea surgió cuando Julián Burguillo, propietario de una carnicería que veía a Jesús en su establecimiento casi todos los días, "deprimido, porque no encontraba empleo", le dijo: "Tendrías que llamar la atención de alguna forma para encontrar trabajo, como irte a Alemania en burro". El joven se lo tomó en serio. No encontró un burro, pero sí un caballo y un día se presentó en el local y le comentó a Burguillo que necesitaba "unos calcetines, unas botas y unas alforjas para llevar las cosas".
Sus amigos se lo prestaron todo, e incluso le suministraron comida para los primeros días y el pasado 5 de octubre Jesús salió de su aldea natal de Gemuño, en la provincia española de Ávila, con la intención cabalgar los más de 2.000 kilómetros que le separaban de la ciudad alemana de Hannover. Sus amigos, por su parte, crearon un grupo de apoyo en Facebook para dirigirse a ayuntamientos, bares, áreas del servicio y a la gente de los pueblos en la ruta que el joven había escogido para su viaje pidiendo que le ayudasen con la comida y le diesen cobijo.
Luego de 20 días, cuando el 'Quijote de Ávila', como le apodaron sus amigos, había recorrido ya unos 300 kilómetros, le llegó una buena noticia: la empresa holandesa Equitrainer, especializada en instalaciones hípicas, se dio cuenta de su aventura gracias a Facebook y le ofreció un trabajo y alojamiento. "Tengo un catarrazo horrible y he perdido 10 kilos, pero estoy muy contento", confesó el abulense a la agencia EFE.
Tras recibir la llamada de la compañía, Burguillo se puso en contacto con Jesús y se trasladó a Ibeas de Juarros (Burgos) donde estaba en aquel momento para recogerle a él y a su caballo. Los amigos del joven comentan, además, que ya han recaudado el dinero para pagarle el avión a Holanda.