Los servicios gratis que nos ofrecen los titanes de las altas tecnologías en realidad no son tan inocuos como lo pretenden parecer, denuncia Lanier en su nuevo libro 'Who Owns The Future' ('¿A quién pertenece el futuro?'). Por una parte, Google, Facebook y demás comercializan nuestra información personal. Por otra, nos obligan a trabajar sin cesar produciendo contenido para ellos. Con todo eso, nos tienen literalmente esclavizados: estamos atados a las redes sociales dominantes y cualquier intento de romper esta relación resulta castigado por la propia comunidad internauta, que nos echa fuera de los círculos habituales de comunicación.
Todas nuestras publicaciones, enlaces, fotos no cuestan nada por separado. Pero siendo combinados, crean un flujo masivo de información más popular que el producto de los medios más famosos y de un valor colosal, destaca Lanier y llama a los usuarios a levantarse y reclamar una debida remuneración. Según él, cada palabra que dejamos en la Red debe protegerse con derechos de autor y cada uno de sus usos debe pagarse.
Por más utópica que parezca por el momento esta iniciativa, hay internautas que ya empezaron a llevarla a cabo. Los usuarios de Yelp.com, una página web que acumula reseñas sobre restaurantes, clubes, salones de belleza y demás alrededor del globo, reclamaron a la administración del sitio que les pagara. Según comentan los abogados de Yelp a la revista estadounidense 'Fast Company', el uso voluntario de un servicio gratuito no puede asemejarse a una relación laboral. Insisten en que la denuncia no tiene ningún fundamento legal y adelantan que harán todo lo posible para evitar que triunfe en los tribunales.
Sin embargo, parece que se trata de un caso aislado. Gracias a los mecanismos de comunicación que nos ofrece Internet hoy en día, es muy fácil imaginar la situación, cuando en vez de buscar justicia en las cortes, los millones de 'esclavos' en las galeras de Amazon, Facebook y Twitter se organicen entre sí y lancen una revolución en la Red. El resultado sería impredecible.