Los esfuerzos permitieron que Ardi dejara de fumar, aunque algún que otro vecino le ofrezca cigarrillos de vez en cuando para probar la fortaleza de su decisión. Sin embargo, el equipo que filma un documental sobre él evidencia que los pitillos han dado paso a las latas de leche condensada, de las que Ardi consume al menos tres al día ya que es su 'plato' favorito.
Con 5 años, el niño consume inmensas cantidades de comida y pesa 24 kilos, es decir, unos 6 kilos por encima de lo normal para su edad. El nuevo 'vicio' de Ardi hizo que sus padres le llevaran a un nutricionista, que le prescribió una dieta de frutas, verduras y pescado.
Su madre usaba la comida para calmarlo cuando él se irritaba por ser privado del tabaco
La tarea de hacerle a Ardi perder peso no va a ser fácil: igual que cuando fumaba, se pone histérico cuando no consigue lo que quiere. Su madre admite que usaba la comida para calmar al niño cuando se irritaba por ser privado del tabaco. De hecho, así empezó Ardi a fumar cuando tenía 18 meses: los padres le daban cigarrillos para calmar sus caprichos.
Por el momento, todos en la familia tienen la orden de no darle de comer tanto, por mucho que grite, y se espera que el peso de Ardi se normalice mientras él crezca.