Sociedad
Policía de EE.UU. deja en coma con un 'taser' a un joven por tratar de detener una pelea
Un estudiante de secundaria en Texas sufrió una lesión cerebral y permanece en coma después de que un ayudante del sheriff de la Policía local le disparara con una pistola eléctrica cuando el chico trataba de detener una pelea.
Según informa 'The Daily Mail', la madre del herido, Maria Acosta, ha demandado al distrito escolar del condado de Bastop, en el estado de Texas, EE.UU., y al sheriff de la Policia del condado y oficial de recursos escolares, Randy McMillan, por el uso de fuerza excesiva contra su hijo, Noe Niño de Rivera, conocido también como NN.
De Rivera sufrió una "hemorragia cerebral grave" cuando McMillan le disparó con un 'taser' (arma paralizante de electrochoque) después de que el muchacho interviniera para intentar detener una pelea entre dos chicas en la escuela Cedar Creek High School el miércoles 20 de noviembre, afirma Acosta en una demanda federal.
Tras recibir una llamada por parte de las autoridades escolares, McMillan y otro agente de seguridad acudieron a detener la pelea. La mujer sostiene que al ver a los oficiales, su hijo se alejó del lugar del conflicto con las manos levantadas, pero a pesar de esto McMillan le disparo con su pistola eléctrica.
Inmovilizado por la descarga eléctrica De Rivera cayó y se golpeó la cabeza contra el suelo, y en ese momento McMillan esposó al muchacho de 17 años de edad que estaba inconsciente.
Acosta también ha señalado que los funcionarios de la escuela inicialmente "se retrasaron en la solicitud de asistencia médica a pesar de que NN se encontraba en una situación de emergencia médica obvia". Solo después de algún tiempo llamaron al Servicio Médico de Emergencias (EMS) y el adolescente fue trasladado en helicóptero al Centro Médico de St. David, donde de inmediato fue sometido a cirugía para reparar una hemorragia cerebral severa después de la cual se le indujo un coma.
La Oficina del Sheriff del Condado de Bastrop, por su parte, asegura que el estudiante hizo movimientos agresivos que obligaron a los agentes a usar el arma paralizante, aunque numerosos testigos del incidente afirman que el muchacho no representaba ningún peligro.
Actualmente María Acosta exige a las autoridades escolares y a los oficiales de Policía involucrados en el caso una indemnización para pagar los gastos médicos y los perjuicios causados por los daños provocados por el uso excesivo de la fuerza, la falta de formación y la indisciplina y las violaciones del código de la educación.
De Rivera sufrió una "hemorragia cerebral grave" cuando McMillan le disparó con un 'taser' (arma paralizante de electrochoque) después de que el muchacho interviniera para intentar detener una pelea entre dos chicas en la escuela Cedar Creek High School el miércoles 20 de noviembre, afirma Acosta en una demanda federal.
Tras recibir una llamada por parte de las autoridades escolares, McMillan y otro agente de seguridad acudieron a detener la pelea. La mujer sostiene que al ver a los oficiales, su hijo se alejó del lugar del conflicto con las manos levantadas, pero a pesar de esto McMillan le disparo con su pistola eléctrica.
Inmovilizado por la descarga eléctrica De Rivera cayó y se golpeó la cabeza contra el suelo, y en ese momento McMillan esposó al muchacho de 17 años de edad que estaba inconsciente.
Acosta también ha señalado que los funcionarios de la escuela inicialmente "se retrasaron en la solicitud de asistencia médica a pesar de que NN se encontraba en una situación de emergencia médica obvia". Solo después de algún tiempo llamaron al Servicio Médico de Emergencias (EMS) y el adolescente fue trasladado en helicóptero al Centro Médico de St. David, donde de inmediato fue sometido a cirugía para reparar una hemorragia cerebral severa después de la cual se le indujo un coma.
La Oficina del Sheriff del Condado de Bastrop, por su parte, asegura que el estudiante hizo movimientos agresivos que obligaron a los agentes a usar el arma paralizante, aunque numerosos testigos del incidente afirman que el muchacho no representaba ningún peligro.
Actualmente María Acosta exige a las autoridades escolares y a los oficiales de Policía involucrados en el caso una indemnización para pagar los gastos médicos y los perjuicios causados por los daños provocados por el uso excesivo de la fuerza, la falta de formación y la indisciplina y las violaciones del código de la educación.
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