Sociedad
Una mujer diabética muere en una cárcel de EE.UU. tras negársele insulina
Una mujer diabética murió en una cárcel del estado Texas después de que el personal de la prisión se negara a proporcionarle insulina.
Sarah Tibbetts, de 37 años de edad, no era una desconocida para la administración del centro penitenciario, que sabía que la reclusa era diabética y necesitaba insulina porque anteriormente había sido arrestada en varias ocasiones por delitos menores y posesión de drogas, informa el canal de televisión local Fox DFW.
En esta ocasión, Sarah y su novio fueron detenidos en un hotel de la ciudad texana de Irving, cercana a Dallas, EE.UU. Según la orden de arresto presentada por la Policía local, el coche en el que viajaban los detenidos estaba registrado a nombre de una persona desaparecida. Además, los agentes encontraron en el bolso de la mujer bolsitas con marihuana y una tarjeta de débito a nombre de otra persona.
Según ha reportado Fox DFW, Rebecca Tibbetts, la madre de Sarah, recibió una llamada de un oficial pidiéndole que trajera insulina a la cárcel al día siguiente de la detención de su hija. Sin embargo, la mujer no fue capaz de llevar la medicina necesaria, ya que vivía en otro estado, California, a mucha distancia de Texas. De acuerdo con Rebecca, no era la primera vez que la cárcel le pedía insulina para su hija detenida.
"Tenían que haberla mandado a un hospital o a Dallas. Pero no la trasladaron a ningún lugar donde pudiera recibir el tratamiento adecuado", declara la madre.
Sarah falleció el día después de ser detenida. Su novio estaba en una celda vecina a la de Sarah y pudo observar la agonía de la mujer. La oyó llamándolo y pidiendo ayuda.
"La llamé durante 5 o 10 minutos. Después empecé a gritar, hasta que finalmente los guardias se levantaron y acudieron corriendo", cuenta el hombre.
Según el hombre, un guardia sacó a Tibbetts al pasillo y trato de reanimarla golpeándole el pecho, pero fue en vano. El detenido pidió a los oficiales que le dejaran salir de la celda para que él la reanimara, pues sabía cómo hacerlo, pero no se lo permitieron.
De acuerdo con los informes de la Policía, Sarah Tibbetts falleció media hora después de que la trasladaran de urgencia a un hospital. La fiscalía local ha abierto una investigación para determinar la culpa de los guardias de la cárcel en la muerte de Tibbetts.
En esta ocasión, Sarah y su novio fueron detenidos en un hotel de la ciudad texana de Irving, cercana a Dallas, EE.UU. Según la orden de arresto presentada por la Policía local, el coche en el que viajaban los detenidos estaba registrado a nombre de una persona desaparecida. Además, los agentes encontraron en el bolso de la mujer bolsitas con marihuana y una tarjeta de débito a nombre de otra persona.
Según ha reportado Fox DFW, Rebecca Tibbetts, la madre de Sarah, recibió una llamada de un oficial pidiéndole que trajera insulina a la cárcel al día siguiente de la detención de su hija. Sin embargo, la mujer no fue capaz de llevar la medicina necesaria, ya que vivía en otro estado, California, a mucha distancia de Texas. De acuerdo con Rebecca, no era la primera vez que la cárcel le pedía insulina para su hija detenida.
"Tenían que haberla mandado a un hospital o a Dallas. Pero no la trasladaron a ningún lugar donde pudiera recibir el tratamiento adecuado", declara la madre.
Sarah falleció el día después de ser detenida. Su novio estaba en una celda vecina a la de Sarah y pudo observar la agonía de la mujer. La oyó llamándolo y pidiendo ayuda.
"La llamé durante 5 o 10 minutos. Después empecé a gritar, hasta que finalmente los guardias se levantaron y acudieron corriendo", cuenta el hombre.
Según el hombre, un guardia sacó a Tibbetts al pasillo y trato de reanimarla golpeándole el pecho, pero fue en vano. El detenido pidió a los oficiales que le dejaran salir de la celda para que él la reanimara, pues sabía cómo hacerlo, pero no se lo permitieron.
De acuerdo con los informes de la Policía, Sarah Tibbetts falleció media hora después de que la trasladaran de urgencia a un hospital. La fiscalía local ha abierto una investigación para determinar la culpa de los guardias de la cárcel en la muerte de Tibbetts.
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