En el mundo digital publicar fotografías, redactar correos electrónicos o hacer compras son actividades que no atañen exclusivamente a los usuarios. Pertenecen en parte a empresas como Facebook y Google, que almacenan información en sus servidores. Y para poder acceder a estas herramientas en línea los usuarios contraen acuerdos al hacer clic pero a menudo no leen las condiciones del servicio.
¿Se heredan?
En general, la gestión de las cuentas tras la defunción varía entre algunas de las empresas más importantes de internet.Twitter desactiva una cuenta a petición del albacea o un familiar directo del fallecido si se proporciona una copia del certificado de defunción y otra información pertinente.
Facebook por su parte da dos opciones. En primer lugar, el sitio permite convertir los perfiles en páginas de recuerdo o conmemorativas. La cuenta queda bloqueada pero otros usuarios pueden seguir interactuando con el perfil del fallecido mediante la publicación de comentarios, fotografías y enlaces. La otra opción es eliminar la cuenta a petición especial de un familiar directo o albacea.
Google ha creado recientemente una nueva característica llamada 'gestor de cuentas inactivas', que solicita a los usuarios decidir sobre el futuro de sus cuentas tras su muerte. Si el usuario de la cuenta no hace una selección, el protocolo de Google es bastante estricto: advierte que el acceso a la cuenta de correo electrónico de una persona fallecida solo será posible "en casos excepcionales".
Lo que está claro es que es una cuestión acuciante cuya resolución apremia. De hecho, en algunos estados de Estados Unidos ya existen leyes que incorporan ciertas cuentas o información en línea en su derecho de sucesión.