En su mensaje, lanzado desde el barco que la llevaba de vacaciones a Bélgica, Zoe escribió sobre quién era, sus aficiones y dijo que le gustaría que alguien le contestara.
Y así fue: le llegó una respuesta desde los Países Bajos de un señor que encontró la botella mientras paseaba por la orilla de un río con su esposa y usó la dirección del mensaje para contestar a Zoe.
"Sé que ya no eres una niña, pero en tu carta dijiste que te gustaría que alguien te contestara, así que te contesto", escribió Piet Lateur, quien encontró el mensaje y con el que Zoe mantiene ahora contacto a través de correo electrónico.