Basándose en las cifras, Big Brother Watch estima que alrededor de 866.000 alumnos fueron obligados a registrar sus huellas dactilares en 2012-2013. También en su informe los defensores de los derechos civiles indicaron que en el año académico 2013-2014 el número de las escuelas que utilizan la tecnología biométrica podría aumentar durante el verano, lo que supone que más de un millón de niños podrían haber entregado ya sus huellas digitales".
Lo más preocupante es que los investigadores descubrieron que en el 31% de los casos el consentimiento de los padres no había sido solicitado. Con ello, la tecnología biométrica fue utilizada más comúnmente en el sureste del Reino Unido: allí 92 escuelas admitieron haber recogido las huellas dactilares de sus alumnos, según el estudio.
Las escuelas admitieron haber recogido las huellas dactilares de sus alumnos sin la autorización previa de los padres
También fue señalado que el Departamento de Educación no sabe el número de centros educativos que utilizan tecnologías biométricas, ni coteja si los padres han dado su permiso. De esta manera, Big Brother Watch es la primera institución que reveló estos datos.
El Reino Unido introdujo una cláusula en la Ley de protección de las Libertades 2012 que establece una garantía legal a los padres para pedir su autorización antes de tomar los datos biométricos de sus hijos. Así, el grupo de activistas mantiene que decenas de escuelas están distorsionando la percepción de los jóvenes británicos de su derecho a la privacidad.
Los defensores de los derechos recomiendan en el estudio que las salvaguardias se pongan en marcha para garantizar que los datos recogidos se borran una vez que los niños terminen la escuela. Por otra parte, se dice que los alumnos deben informarse de su derecho a negarse a registrar sus datos biométricos en las escuelas.
Los representantes del grupo de libertades civiles opinan que la ley debería ser actualizada para atender los descuidos destacados en el informe y proporcionar una "garantía legal a los padres".