Tras el ángelus, Francisco, que estaba con dos niños, soltó por el balcón de la basílica de San Pedro dos palomas blancas como deseo de paz para Ucrania.
Casi de inmediato 'los símbolos de la paz' fueron atacados violentamente por una gaviota grande y una corneja gris.
Como resultado del ataque, una de las palomas perdió varias plumas y la otra recibió picotazos.
Las imágenes de lo ocurrido en la plaza de San Pedro del Vaticano han dado la vuelta al mundo.