La Agencia Nacional de Protección Animal (ENPA) publicó una carta abierta en la que recordaron al papa Francisco que "los animales nacidos en cautiverio, al no ser animales salvajes, no son capaces de reconocer a sus depredadores y, por lo tanto, son incapaces de huir de posibles situaciones peligrosas".
El 26 de enero el papa Francisco pronunció un discurso dominical sobre la paz que culminó con la liberación de dos palomas blancas. Sin embargo, cuando las aves abandonaron las manos de dos niños, una gaviota y una corneja gris empezaron a perseguirlas. Como resultado del ataque, una de las palomas perdió varias plumas y la otra sufrió picaduras.
El ataque ocurrió ante las miradas de miles de personas que estaban en la plaza, y las imágenes recorrieron de inmediato todo el mundo.