1. Empleados que trabajan incluso cuando están enfermos
Según una encuesta llevada a cabo en 2013 en la que participaron empleados de unos 391 restaurantes en EE.UU., un 60 por ciento de los empleados confesaron que, aunque fuera al menos una vez, acudieron al trabajo pese a estar enfermos. De ellos, un 20% además reconoció que lo hizo con síntomas como vómitos o diarrea.
Solo el 7% explicó que se vieron obligados a asistir al trabajo forzados por la administración del establecimiento. Las razones más comunes que esgrimieron fueron la falta de remuneración por baja de enfermedad, la imposibilidad de encontrar a alguien para cubrirle el turno, las obligaciones ante los compañeros de trabajo o incluso pensar que sus síntomas, en el fondo, no eran tan contagiosos.
2. Empleados que se lavan las manos solo un 27% de lo recomendado
Según refleja la misma encuesta, el Centro para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) comprobó que los empleados realizan actividades —como la preparación de materia prima animal— que requieren lavarse de manos una media de 8,6 veces cada hora, mientras que realidad lo hacen solo 2-3 veces a la hora.
3. El hielo de restaurantes tiene más bacterias que el agua de un retrete
En 2006 un estudiante de Florida presentó un proyecto científico que reveló que el hielo en varios restaurantes de comida rápida en su ciudad natal contenía más bacterias que el agua del inodoro de esos mismos establecimientos.
En 2008 un canal local de noticias de Indianapolis llevó a cabo un experimento similar en 25 bares de la zona, y resultó que el hielo de 13 de ellos contenía bacterias coliformes que pueden hacer enfermar a la gente. En esta misma línea, una investigación publicada por el diario 'Daily Mail' demostró que el hielo de McDonald’s, Burger King, KFC, Starbucks, Cafe Rouge y Nando’s en Reino Unido es más sucio que las muestras de agua de los retretes.
4. El 40% no siempre usa una tabla de cortar diferente para el pollo crudo
Un inquietante informe realizado en 2013 por el CDC constata que el 40% de los 448 restaurantes encuestados "nunca, casi nunca o solo a veces" utilizan una tabla de cortar especial para la carne cruda, incluido el pollo. Eso significa que en algún momento alguien puede picar las verduras sobre residuos de pollo crudo. Según el CDC, la carne de ave es el cuarto producto más común asociado con la intoxicación alimentaria y el mayor culpable de las muertes por enfermedades transmitidas por alimentos.
5. No usan el termómetro para cocinar la carne picada
De los 385 restaurantes encuestados por el CDC el año pasado, el 77% de los jefes de cocina confesó que "a veces, pocas veces o nunca" utilizan un termómetro para confirmar que una hamburguesa está lista. La mayoría de los cocineros utilizan medidas subjetivas como el color rosado de la carne o su jugosidad.
De las hamburguesas analizadas, un 40% no estaban cocinadas bien, por lo que existe un alto riesgo de infección por E.coli.
6. La carta puede contener 100 veces más bacterias que la taza del inodoro
Chuck Gerba de la Universidad de Arizona y otros tres investigadores más tomaron muestras de 12 restaurantes y hallaron que cada carta de menú contiene un promedio de 185.000 bacterias. La mayoría no eran peligrosas, pero algunas cartas pueden contribuir al surgimiento de tipos de agentes patógenos como la salmonella y E.coli.
7. Paños de limpieza no están a la altura de su nombre
Parece que incluso los trapos que se usan para limpiar las cartas pueden no ser las mejores herramientas para este trabajo, ya que un estudio realizado en 2006 en 23 restaurantes halló bacterias coliformes en el 89,2% de los paños de limpieza y la bacteria E.coli en el 54%.
Otro estudio llevado a cabo en 2010 por la Agencia de Protección de la Salud del Reino Unido a base de muestras recogidas de 120 restaurantes encontró en el 56% de ellas niveles peligrosos de bacterias, incluidas E.coli, Staphylococcus y Listeria.
8. Las moscas pueden transferir a los alimentos bacterias resistentes a antibióticos
Las moscas se alimentan de materia fecal y suelen verse en los alrededores de los contenedores de basura cerca de los restaurantes. Pero lo que de verdad resulta sorprendente e inquietante son los resultados de un estudio realizado por la Universidad de Kansas sobre 260 moscas que reveló que éstas son capaces de transferir las bacterias resistentes a los antibióticos a los alimentos servidos en los establecimientos.