De acuerdo con Sakis Papaconstantinou, director de Okana, la demanda en estas salas está aumentando día a día y "es posible que pronto necesitemos más instalaciones", reporta Reuters.
No es la primera experiencia de este tipo. Desde 1986, se han establecido más de 90 salas de inyección de drogas en Suiza, los Países Bajos, Alemania, España, Luxemburgo, Noruega, Canadá y Australia, según el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA).
Debido a las medidas de austeridad impuestas por la Unión Europea a Grecia y los respectivos recortes en la esfera de la sanidad, el acceso a los servicios médicos por parte de los ciudadanos griegos se ha reducido en un 40% y se ha registrado una subida implacable de nuevos casos de inmunodeficiencia adquirida entre personas adictas a las drogas.