"Es como decir que una persona que protesta contra los que conducen borrachos o a 180 kilómetros por hora está en contra de los automóviles y aboga por no usarlos", asegura Eco en su artículo en el diario italiano 'L'Espresso', publicado en respuesta a todos aquellos quienes le reprochan su postura hacia la Red.
Según el escritor, algunos lo critican por ser "un enemigo" de Internet, y otros, por confiar demasiado en la información que la Red proporciona. La realidad es diferente, asegura. "Internet no es algo de lo que podamos decidir prescindir. Lo mismo pasó en su momento con la motorización, con la televisión: y ahora está ahí y nada puede eliminarlo, ni siquiera una dictadura. El problema no es solo reconocer los riesgos evidentes, sino también decidir cómo acostumbrar y educar a los jóvenes a usarlo de una manera crítica", comenta.
Eco admite que la Red crea la ilusión de estar en contacto con todo el mundo, pero que en realidad puede condenar al hombre a la soledad. También reconoce que la 'memoria artificial en línea' influye mucho en que las generaciones jóvenes tengan un material de referencia bastante pobre en sus cabezas. Al mismo tiempo, destaca que cuando apareció la escritura, existían los mismos temores. Menciona una cita del diálogo platónico 'Fedro' en la que el faraón se queja de que el dios Tot, inventor de la escritura, haya ideado una tecnología por culpa de la cual los hombres pierden la buena costumbre de hacer uso de su memoria. Pero luego resulta que la escritura permite a los hombres recordar lo que han leído, acentúa el escritor. A continuación, insiste en que uno puede usar Internet y al mismo tiempo desarrollar su memoria.
Postula que un buen maestro propondría a sus alumnos investigar sobre un tema, pero insistiría en que deben analizar la información en, al menos, 10 páginas web diferentes y comparar los datos obtenidos. En consecuencia, los niños tendrán una base para razonar y automáticamente memorizarán información. Además, cada uno podrá defender sus propios resultados, lo que generará debate y les permitirá probar el sabor de una discusión cara a cara.
Eco admite que siempre habrá alumnos que se vuelvan dependientes a la Red, pero comenta que, si ni los padres ni la escuela pueden sacarlos de esta situación, entonces se tratará de la misma diagnosis que tienen los drogadictos, los visitantes de los adivinos y los místicos visionarios. Puntualiza que estas categorías no son nada nuevo: han existido siempre y siempre han sido un problema para la sociedad. "Si hoy en día parece que esta gente es demasiado numerosa, es simplemente porque en los últimos 50 años la población del nuestro planeta ha aumentado de 2.000 a 7.000 millones de personas", asegura.