En la misiva explica que es una mujer de 41 años, una edad "invisible para ustedes", escribe, dirigiéndose a los dirigentes políticos de la nación. Según Elisa, la carta es "el saldo pendiente de una ciudadana a la que se le está agotando el arroz y la paciencia".
Sobrevivo gracias al arroz blanco, al amor materno y a la amistad
"Por alguna oscura razón, a pesar de sus leyes, y Constituciones, sobrevivo gracias al arroz blanco, al amor materno y a la amistad. También por pequeños trabajos en eso que ustedes llaman 'economía sumergida'”, agrega.
En ocasiones, señala, tengo "hambre, insomnio y horror de pedir lo que, para mí, constituye un derecho sagrado en toda democracia que se precie: comida".
Son los abuelos quienes apuntalan el país con sus pensiones
"No sonrían tanto, queridos dignatarios, porque son los abuelos quienes apuntalan el país con sus pensiones y ayudan a que no se desplome; no son ustedes", subraya.
A continuación afirma que esas personas, los dirigentes, son indignas de una España "llena de gente fuerte y agradecida a pesar del abandono y la corrupción".
"Tengan ustedes la decencia, al menos, de cargar con la vergüenza para hacernos el peso algo más llevadero", concluye Elisa en su carta.
La profunda crisis económica que vive España ha disparado el desempleo hasta el 26% de la población activa. El número de suicidios ha aumentado notablemente y los casos de desahucio por impago de alquileres y préstamos hipotecarios se han multiplicado.