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Increíbles historias de gente que logró sobrevivir a lo imposible

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La reciente historia del salvadoreño que sobrevivió más de un año a la deriva en el océano Pacífico ha asombrado a muchos. Sin embargo, existen otros casos igual de sorprendentes o incluso más. Conózcalos.
Increíbles historias de gente que logró sobrevivir a lo imposible

Aron Ralston, el escalador que se amputó su propio brazo


En 2003, Aron Ralston, un alpinista de 27 años, exploraba en el cañón Blue John, en el estado de Utah (EE.UU.) cuando una roca cayó aplastando su antebrazo derecho.

Pasó cinco días intentando sacar el brazo de todas las maneras que se le ocurrieron, pero le resultó imposible. Por eso se vio obligado a tomar una decisión extrema: cortarlo.

Primero rompió sus  huesos, luego con su navaja multiusos cortó la carne y los músculos. Usando unas pequeñas tijeras hizo lo mismo con sus tendones.  

Aplicó como pudo un torniquete y descendió el cañón. Después un equipo de rescate lo encontró. Su historia quedó plasmada en un libro y fue inmortalizada también en la gran pantalla en la película '127 Horas'.


El hombre que se comió a su perro para no morir de hambre


Marco Lavoie, de 44 años, mató y se comió a su pastor alemán después de que un oso le destruyera la canoa y echara a perder todas las provisiones de alimentos que llevaba. Lavoie estuvo perdido durante tres meses en el bosque a casi 800 kilómetros de Montreal, en Quebec. 

El pastor alemán ahuyentó al oso y salvó a su amo, pero Lavoie se vio obligado a matar a su leal amigo con una piedra tres días más tarde tras buscar comida en vano.

Expertos en supervivencia elogiaron al excursionista por haber usado la razón en una situación extrema, y explicaron que en el helado clima del norte canadiense las fuentes de comida son muy escasas. También recalcaron que, de haber esperado más tiempo, podría haber estado demasiado débil para dominar al perro. 

El pescador que sobrevivió 60 horas en el mar sin saber nadar


Tseng Lien-fa, un ciudadano taiwanés que no sabe nadar, logró sobrevivir a la deriva en el mar durante más de dos días agarrándose a la tapa de un ataúd de madera.

El hombre, de 42 años de edad, estaba pescando anguilas de mar en la playa de la costa este de Taiwán a principios de este enero, cuando fue arrastrado por una ola inesperadamente grande. Al encontrarse en el agua logró agarrarse de una madera, que resultó ser la tapa de un ataúd.
 
La novia de Tseng, que espera un bebé para el próximo mes, dio la alarma cuando su pareja, que había estado pescando para ganar dinero extra, no regresó a casa.  
 
Después de unas 60 horas las fuertes olas, finalmente, llevaron a Lien-Fa a una playa en el condado suroriental de Taitung, a 46 millas de distancia del lugar donde ocurrió el incidente. 
 
Teniendo en cuenta el hecho de que no había tomado ningún alimento o agua durante 60 horas y se mantuvo consciente, todo lo que le había pasado se podía considerar como "un milagro".
 

Stephen Currie, 28 días comiendo mariposas


Stephen Currie sobrevivió casi un mes en condiciones tan duras que a muchos les costaría creer. El hombre, de 40 años de edad, desapareció el 29 de diciembre de 2013 en una zona remota de Victoria, en Australia.

Unos residentes de la zona lo encontraron 28 días más tarde y alertaron a las autoridades. Estos quedaron sorprendidos dado que habían suspendido la búsqueda tres semanas antes. Currie explicó a la Policía que salió a dar un paseo por las montañas aquel día y se perdió. 

Durante ese tiempo, el hombre, únicamente se alimentó de mariposas, mejillones y fruta. 

Insólito rescate de un hombre tras 72 horas bajo el agua 


El nigeriano Harrison Odjegba Okene pasó tres días en el fondo del mar dentro de un buque hundido. Mientras otros miembros de la tripulación murieron tras el naufragio, Harrison fue el único que sobrevivió gracias a una bolsa de aire. Sumergido en agua helada se mantuvo con vida dando sorbos de un refresco.

No tenía esperanzas de ser salvado y lo único que le quedaba era encomendarse a Dios.
 
Los buzos enviados al lugar del naufragio no pensaban que alguien hubiera podido sobrevivir, solo buscaban cadáveres y encontrar a Odjegba fue una sorpresa para ellos. 
 
  

Peter Trayhurn y su cámara en mares agitados de Australia 


 
En 2006, los buzos Peter Trayhurn y Geoff Tosio quedaron en el mar solos después de que se rompiera la cuerda del ancla de su barco, estando a unos ocho kilometros de la costa australiana. 

Trayhurn decidió tomar fotos con su cámara sumergible mientras esperaba que algún barco se percatara de su presencia. Pronto fueron avistados por un petrolero. 
 
La embarcación avisó a las autoridades de lo ocurrido y salvamento marítimo acudió a su rescate. Sin embargo, los hombres no estuvieron a salvo durante mucho tiempo. 

Cuando regresaban al puerto el barco volcó y los buzos cayeron al mar una vez más. Afortunadamente, sus vidas no corrieron ningún peligro, pero la cámara de Trayhurn se perdió. 
 
Sin embargo, cuatro años más tarde apareció en una playa y los buzos pudieron rememorar ese día.   
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