La OIT publicó un informe con los datos sobre el empleo juvenil entre los años 2005 y 2011, basados en las encuestas nacionales a hogares de 18 países. Pese a que el desempleo cayó del 16,4% al 13,9% en esos años, los representantes de este grupo etario siguen enfrentando mayores problemas para encontrar un empleo, y mucho más un empleo de calidad.
"La tasa de desempleo juvenil continúa siendo el doble de la tasa general y el triple que la de los adultos. Además, los jóvenes representan el 43% del total de los desocupados de la región”, explicó la OIT.
El estudio informa de que en total 21,8 millones de jóvenes latinoamericanos no trabajan ni estudian. De ellos 11,9 millones se dedican a los quehaceres domésticos (sobre todo las mujeres), la cuarta parte busca trabajo pero no lo consigue y aproximadamente 4,6 millones "no estudian, no trabajan, no buscan empleo y tampoco se dedican a los quehaceres del hogar". "Este grupo representa un núcleo duro excluido pues están en los sectores menos favorecidos", comentó acerca de los últimos la organización.
Otro problema destacado por la OIT consiste en la creciente informalidad del mercado laboral juvenil. Así, un 55% de los jóvenes trabaja en condiciones informales, lo que "implica bajos salarios, inestabilidad laboral y carencia de protección social y derechos".
Hablando del criterio regional, dos países destacan por su impactante porcentaje de jóvenes con empleo informal: Bolivia (87,4%, con datos de 2009) y Perú (84,7%, con datos de 2011). En Honduras se registra el más alto porcentaje de jóvenes que no estudian ni trabajan (27,5%), seguido por Guatemala (25,1%), El Salvador (24,2%) y Colombia (23,4%).