Desgraciadamente, la cirugía desfiguró a la paciente de manera escalofriante: los materiales que usó la falsa doctora en las inyecciones eran sustancias para la reparación de neumáticos: cola tóxica, aceite mineral, cemento, y otras que los expertos no lograron reconocer.
El resultado de las cirugías fue tan atroz, que la víctima ni siquiera pudo encontrar las fuerzas en sí misma para denunciar el fraude. Confiesa que estuvo mucho tiempo sin salir de casa y no sabía qué hacer con su apariencia, que le valió el apodo de 'cara de cemento'.
Desde entonces ha pasado incluso por más intervenciones quirúrgicas y casi 10 años después está visitando a otro doctor, esta vez licenciado, que poco a poco la está ayudando a restablecer su apariencia, aunque la regeneración total es poco probable.