Emmanuel Giboulot, que usa métodos de agricultura ecológicos, violó la directiva de tratar su viña contra la flavescencia dorada, una enfermedad infecciosa que, según datos oficiales, fue responsable de la destrucción de unas 30 hectáreas de viñedos en 2012. Giboulot ya ha sido multado con 1.000 euros por el tribunal de la ciudad
de Dijon y ahora corre el riesgo de ser sentenciado a seis meses de
cárcel.
"¿Podríamos prescribir quimioterapia a una persona como medida preventiva contra un cáncer potencial en el futuro?", se pregunta el agricultor francés. "Mi padre empezó a trabajar con la agricultura ecológica en la década de los 70 […]. No quiero destruir décadas de trabajo aplicando un tratamiento cuyos efectos sobre la salud de las vides y los humanos no han sido comprobados", argumenta.
Según las autoridades, la enfermedad apareció a mediados del siglo XX y en la actualidad amenaza los viñedos de la región de Côte-d'Or de Borgoña. Por este motivo, la administración local ordenó que todos los viticultores de la zona tratasen sus cultivos con pesticidas para detener la propagación de la enfermedad. No obstante, la campaña en Facebook que ha iniciado en su defensa Giboulot, que se ha ganado el respaldo de grupos ambientalistas como Greenpeace y el Partido Verde de Francia, cuenta ya con más de 100.000 seguidores.
El viniviticultor grancés piensa que incluso pyrevert, un pesticida a base de productos naturales, tiene efectos secundarios perjudiciales. Denis Thiery, un especialista del Instituto Nacional Francés de Investigación Agronómica, está de acuerdo con él. Thiery sostiene que aunque pyrevert es de origen natural, es tóxico para los insectos y también para los pájaros y otros animales, y que incluso afecta a los humanos.