Elder ha recibido la mayoría de los votos en la categoría 'Caridad' de una encuesta anual realizada por la agencia de noticias, lo que "muestra que todavía hay espacio para la caridad y las buenas obras".
Muchos de los residentes de la capital búlgara alguna vez se han topado con él, pero desconocen su historia. "Hasta hace unas décadas vivía una vida normal y corriente, hasta que decidió convertirse en un mendigo por la causa de Cristo", se puede leer en una página ortodoxa de Facebook.
"Sus ojos cordiales, su sonrisa agradable y su humilde mirada, hacen que Elder parezca brillar ante los ojos de los demás, quienes sin dudarlo se acercan a este anciano pare recibir su bendición", agrega.
Su única ocupación es la de caminar por las calles de Sofía y pedir dinero. Sin embargo, el anciano no guarda nada para sí mismo: todo lo que recauda lo distribuye entre los pobres o lo dona para la restauración de varias iglesias viejas y algunos monasterios ortodoxos de ese país.
Además se ha podido saber que por un obús que cayó muy cerca de su trinchera durante la Segunda Guerra Mundial, perdió casi totalmente el oído. Vive muy modestamente en una pequeña habitación en el patio de una iglesia en las cercanías de Sofía. Ha dedicado mucho tiempo a caminar por sus pueblos, a conversar con los paseantes, a predicar la fraternidad y continuará haciéndolo este año, cuando alcance un siglo de vida.