Aunque la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. reforzó las advertencias sobre el Lariam el verano pasado, sobre todo a causa de sus efectos neurotóxicos, el fármaco y sus versiones genéricas siguen siendo el tercer medicamento más frecuentemente prescrito contra la malaria.
Entre enero y junio del año pasado se entregaron 119.000 recetas, según estima el portal Alternet. Aunque el Lariam está prohibido entre los pilotos de la Fuerza Aérea, hasta el año 2011 el uso del medicamento estaba aumentando en la Armada y la Infantería de Marina de EE.UU.
Los efectos secundarios neurotóxicos negativos del Lariam pueden durar "semanas, meses e incluso años", después de que uno deje de usarlo. Las autoridades médicas y militares dicen que el medicamento "no debe suministrarse a cualquier persona que tenga síntomas de lesión cerebral, depresión o trastorno de ansiedad".
La mefloquina puede producir pánico extremo, paranoia y rabia en el usuario, junto con sensaciones disociativas fuera del cuerpo, así que una persona que realiza un acto criminal a menudo cree que lo está haciendo otra persona. Un ejemplo de tales efectos disociativos se observó en el sargento estadounidense Robert Bales, responsable del asesinato de 16 civiles afganos en 2012. Además de aquel incidente, el Lariam se vincula también a algunos efectos secundarios extremos registrados por un sargento del Ejército en Irak en 2005 y al suicidio de un reservista del Ejército en 2008.
La expsiquiatra del Ejército Elspeth Cameron Ritchie y sus colegas escribieron en un reciente informe que el Lariam puede estar detrás de "suicidios aparentemente espectaculares e impulsivos" y puede producir "desrealización y despersonalización, compulsiones hacia objetos peligrosos y una curiosidad morbosa sobre la muerte". Además de ampliar la utilización del Lariam en las Fuerzas Armadas, la población civil también emplea este producto, que es el más barato de los cinco medicamentos contra la malaria enumerados por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. para las personas expuestas a esta enfermedad.