La nación norteamericana de los onondaga considera una "injusticia histórica" y un "robo" la usurpación de 2,5 millones de acres (10.125 kilómetros cuadrados) de sus tierras entre 1788 y 1822 y sigue buscando una reparación para este agravio, informa el portal 'Native American Times'.
"No se cometió solo una injusticia, se cometieron muchas", asegura una de las madres del clan onondaga, Freida Jacques, quien también mencionó múltiples ataques y la quema de pueblos enteros de la tribu entre los "crímenes" cometidos por Washington entre finales del siglo XVIII y principios del XIX.
Para el pueblo nativo norteamericano de los onondaga la CIDH, que forma parte de la Organización de Estados Americanos (OEA), se ha convertido en su última esperanza de restablecer la justicia. La tribu lleva ya nueve años luchando por sus derechos en diferentes cortes federales de EE.UU. Sin embargo, el pasado mes de octubre el Tribunal Supremo desestimó escuchar su caso.
De acuerdo con el abogado de los onondaga, Joe Heath, la Casa Blanca no quiere respetar los derechos de los nativos norteamericanos por dos argumentos: primero, porque ha pasado mucho tiempo desde los hechos que denuncian; y segundo, porque no se puede perjudicar a la gente que actualmente vive en las tierras reclamadas.
Los representantes del grupo indígena, por su parte, aseguran que "no aspiran a obtener beneficios económicos ni a expulsar a los nuevos habitantes de las que fueron sus tierras".