Una parte importante de la humanidad continúa excluida de los beneficios del progreso
"En el caso de la organización política y económica global, aún queda mucho por lograr, ya que una parte importante de la humanidad continúa excluida de los beneficios del progreso y, de hecho, es relegada a la condición de ciudadanos de segunda clase", declaró el pontífice.
De argumento le sirvió la historia bíblica de Zaqueo, un rico y probablemente corrupto publicano (entre los romanos, un recaudador de impuestos) que cambió drásticamente su actitud económica tras encontrarse con Jesucristo. Según el Evangelio de Lucas, Zaqueo, vencido por la bondad de Cristo, prometió dar la mitad de sus bienes a los pobres y devolver a todos los que había defraudado una cantidad de dinero cuatro veces mayor.
"Zaqueo tomó una decisión radical de partición y justicia, porque su conciencia se había despertado por la mirada de Jesús. Este mismo espíritu debería estar al principio y final de toda actividad política y económica", comentó el pontífice.