Instan a países de la UE dejar de ignorar a los inmigrantes irregulares en materia sanitaria

La organización Médicos del Mundo hizo este martes un llamamiento a los gobiernos e instituciones europeas a asegurar que sus sistemas de salud sean justos y abiertos a todas las personas que viven en la UE.
La organización humanitaria Médicos del Mundo denunció este martes en Madrid las crecientes dificultades de los inmigrantes indocumentados para acceder a servicios sanitarios en muchos países de Europa, entre las que destacó el caso de los menores y las embarazadas. 
 
Este informe fue elaborado con los datos de  pacientes en Bélgica, Suiza, Alemania, Grecia, España, Países Bajos, Francia y Reino Unido.  Se refleja el aumento de los casos de denegación de atención sanitaria en el 2013, que asciende al 52,4% de los encuestados. En palabras de Álvaro González, presidente de Médicos del Mundo, estas denegaciones se deben "a una confusión, al desconocimiento o al mensaje xenófobo que se está transmitiendo".
 
Un dato alarmante es el aumento de los casos de racismo denunciados por los encuestados. Según el informe, el 33,6% asegura haber sufrido un caso de racismo en el ámbito sanitario en el 2013, un porcentaje muy superior al 6,3 del 2012.
 
Según la organización, dos tercios de las mujeres embarazadas no habían recibido atención prenatal antes de llegar a los dispositivos de Médicos del Mundo. Entre las que sí recibieron atención, el 43% accedió a ella mucho más tarde de lo recomendado.
 
En el mejor de los casos, solo uno de cada dos niños o niñas había sido vacunado contra el tétanos, la hepatitis B, sarampión o tosferina. En algunos países, esta tasa es inferior al 30%, muy por debajo del ratio de cobertura de la población general, en torno al 90%.
 
Solo el 2% de los usuarios de los servicios de Médicos del Mundo citaron la salud como una de sus motivaciones para emigrar, refutando el argumento de que los mecanismos de protección social provocan un efecto llamada para los migrantes.
 
"Puede generar un problema de salud pública, ya que las enfermedades no transmisibles no entienden de barreras administrativas", concluye Álvaro González.