"Un evento atrae factores que aumentan el riesgo para los menores: tenemos un aumento de turistas y del consumo de alcohol, en un momento en el que los niños no estarán en el colegio porque serán vacaciones escolares", explica a la AFP Tatiana Akabane, de la organización World Childhood Foundation.
El Gobierno vigila Internet y la publicidad que vincule a Brasil con el sexo. En febrero, el Gobierno retiró de la venta camisetas de la marca Adidas que vinculan la imagen del país con el sexo: en una de ellas aparecía un corazón que recordaba a la forma de las nalgas de una mujer con tanga.
Las organizaciones no gubernamentales y sin ánimo de lucro y las personalidades famosas también tratan de poner el fin a la prostitución infantil.
Joanna Maranhão, una nadadora y deportista olímpica que representó a Brasil en tres Juegos Olímpicos consecutivos, creó la fundación Infancia Libre, informa BBC. Con ella quiere ayudar a las jóvenes que son víctimas de abusos. Maranhão confesó que también fue víctima de abusos y lamentó que en las escasas ocasiones en las que los padres logran pedir que se "inicie una investigación, la forma en que esto sucede no es favorable a la víctima".
Jessica Barbosa, de la organización británica Action Aid, que tiene varios proyectos en las zonas pobres del país, dijo que el mayor problema es que "las niñas que necesitan dinero creen que podrán dejar la prostitución después de ganar lo suficiente como para tener una mejor vida en otros países".
La coordinadora de la fundación Happy Child, Aginaide Lynch, trabaja con niñas de la calle o atrapadas en el comercio sexual. Hay casas de seguridad y otros centros de la ciudad dedicados a mejorar la vida de estas niñas, pero ella admite que con "una ayuda oficial mínima y frente a semejantes desafíos", todo esto "es sólo una gota en el océano".