Las impactantes imágenes muestran una ciudad con el suelo hendido y salpicada de sobrevivientes aturdidos y ennegrecidos. "Infierno en la tierra", así describió más tarde Yamahata la ciudad de Nagasaki de aquel día. "El aspecto de la ciudad se diferenciaba de otros lugares bombardeados: aquí la explosión y el fuego han reducido a la ciudad entera a cenizas en un solo instante", prosiguió.
Estas fotografías nos seguirán proporcionando un testimonio inquebrantable de la realidad de ese momentoLas fotografías de Yamahata, que siguen siendo la documentación más completa del ataque de la bomba, poco tiempo después fueron confiscadas por los militares de EE.UU. en un intento de que no se utilizaran como propaganda japonesa, aunque el fotógrafo logró esconder los negativos. Las imágenes permanecieron ocultas durante casi siete décadas hasta que fueron encontradas en un álbum de fotografías confiscadas por un policía militar de EE.UU. a un ciudadano de Osaka al final de la Segunda Guerra Mundial.
Yamahata murió de cáncer en 1966, con tan solo 48 años. Se cree que su enfermedad fue causada por la exposición a la radiación en Nagasaki. "Hoy, con Hiroshima y Nagasaki notablemente recuperadas, podría ser difícil recordar el pasado. Pero estas fotografías nos seguirán proporcionando un testimonio inquebrantable de la realidad de ese momento", escribió Yamahata en 1952.