China: Secta ultraviolenta mata a palos una mujer en un McDonald's por ser "un demonio"

China ha emprendido una persecución sistemática contra los miembros de una secta que salió a la luz este verano, a raíz del pavoroso apaleamiento de una mujer a manos de un hombre que, alentado por sus hijos, la acusaba de ser "un demonio".
Cinco miembros de una secta que tiene atemorizada a la opinión pública china están siendo procesados por golpear hasta la muerte a una cliente de un restaurante McDonald´s, el pasado 28 de mayo, mientras intentaban reclutarla, después de lo cual la acusaron de ser "un demonio". Ante la negativa de la mujer a darles su número de teléfono, el hombre empezó a golpearla violentamente con sillas y palos de metal, mientras sus dos hijos impedían que los demás clientes del restaurante la ayudaran, amenazando con matar a quien se acercara. Los sectarios siguieron golpeando a la mujer incluso después de que llegara la policía.
 
La secta ultraviolenta Quannengshen o 'Iglesia del Diós Todopoderoso', también conocida como 'Iluminación de Oriente', apareció en China hace dos décadas. Sus seguidores creen que Jesús se reencarnó en la líder de la secta, Deng. Sin embargo, a diferencia de otras sectas con creencias similares, sus métodos de reclutamiento son extremadamente agresivos, ya que se valen de amenazas, golpes e incluso secuestro de miembros y de líderes de otras sectas.
 
"Era un monstruo, el espíritu del mal", dijo a la televisión china el asesino, que explicó que fue su hija quién le dijo que la mujer era un demonio. "No tememos la ley. Creemos en dios", confesó el hombre, que dijo sentirse feliz por haber matado a la mujer.
 
Después de esta espantosa muerte, las autoridades chinas se aplicaron en arrestar a otros miembros de dicha secta. Varios fueron detenidos y mientras algunos fueron sentenciados a penas de entre 3 y 5 años de prisión en varias partes del país, la mayoría de ellos podría ser puesta en libertad próximamente, según la policía, informa el portal de noticias 'The Daily Beast'.
 
Los exmiembros de la secta se niegan a identificar a su líderes por miedo. Si mataron a golpes por capricho a una extraña en un McDonald's, les da miedo pensar que lo que podrían hacer a "un traidor", argumenta Tian, exmiembro de la secta. "Son gente siniestra, y yo no quiero morir", concluye.