Estando en Pakistán, Knight vio por televisión imágenes de la resistencia chechena y se planteó dejar su formación religiosa, coger un arma y luchar contra los rusos en Chechenia.
La idea de convertir Chechenia en un estado islámico era una fantasía puramente americana
"No fue un verso que había leído en los círculos de estudio del Corán lo que despertó mi interés por ir a luchar, sino mis valores estadounidenses", escribe el periodista y novelista en el diario 'The Washington Post'.
En su opinión, "la idea de liberar a Chechenia y convertirla en un estado islámico era una fantasía puramente americana, basada en los ideales y los valores estadounidenses".
Según explica, creció en EE.UU. en los años 80 dando por hecho que cualquier persona tiene el derecho y el deber de intervenir en cualquier lugar del mundo si cree que la libertad allí se encuentra amenazada.
Me dijeron que podría llegar más lejos en esta vida siendo un erudito que siendo un soldado y que debería esforzarme por llegar a ser algo más que un cuerpo en una zanja
"Puede que resulte difícil de creer, pero pensaba acerca de la guerra en términos de compasión", afirma el novelista.
Finalmente, Knight decidió no ir a luchar a Chechenia. Las personas que le convencieron de que combatir no era una buena idea no fueron precisamente los musulmanes liberales o musulmanes que simpatizan con Occidente, sino más bien individuos muy conservadores, que algunos tacharían de 'intolerantes'.
"Me dijeron que podría llegar más lejos en esta vida siendo un erudito que siendo un soldado y que debería esforzarme por llegar a ser algo más que un cuerpo en una zanja", asevera.