Posteriormente mostraron a los modelos las distintas 'versiones' de sus caras modificadas y los investigadores registraron las reacciones que les provocaba cada una de ellas. Los científicos contaron con la ayuda del Emotiv, un dispositivo que lee emociones desarrollado por el fabricante de auriculares EEG. Emotiv dispone de una tecnología de escáner cerebral que permite grabar libremente las reacciones.
Scott Chasserot eligió la imagen que había provocado la reacción más positiva a los voluntarios. El artista no quiso quedar al margen de su propio proyecto y también elaboró una imagen ideal de sí mismo.
Chasserot cree que su experimento es radicalmente diferente de otros proyectos en las que la belleza se concibe como una norma social. El fotógrafo trató de mostrar una percepción limpia, subconsciente y profundamente personal de la imagen, libre de estereotipos culturales.