Estudio: La mano dura no ayuda a combatir el consumo de drogas

En ningún país del mundo se observa una correlación directa entre la mano dura contra las drogas y el descenso del consumo de estupefacientes. A esta conclusión llega un profundo estudio realizado por un grupo de expertos británicos.
Por encargo del Ministerio del Interior del Reino Unido, el colectivo analizó cómo distintos Gobiernos afrontan la cuestión del consumo de drogas entre sus ciudadanos, así como las leyes de 11 países y sus estadísticas de circulación y consumo de sustancias estupefacientes. La selección de los países representaba todo el abanico de políticas sobre drogas del planeta: desde la tolerancia cero de Japón hasta la coherente legalización introducida por Uruguay. 

Según el diario 'The Guardian', el informe presta una atención especial a la experiencia del país sudamericano en la legalización de marihuana. Igual que sobre las leyes despenalizadoras de los estados estadounidenses de Colorado y Washington, los expertos ministeriales británicos admiten que el país latinoamericano adoptó una política experimental para combatir el crimen organizado y establecer una mejor supervisión del consumo del cannabis.

"Los estados de EE.UU. tienen un enfoque más ajustado al mercado, con una regulación más floja que en Uruguay y con menos limitaciones para el consumo y el uso", reseña el estudio. "Uruguay, que tiene crecientes preocupaciones por el crimen organizado, reserva un papel más fuerte para el Estado, con restricciones al tamaño del mercado, así como a la potencia y la concentración del cannabis y la cantidad que cada persona puede comprar al mes".

Los analistas admiten que es prematuro decir a qué consecuencias llevará este enfoque experimental en los próximos años.

Suecia aplica uno de los enfoques más duros y muestra unos índices relativamente bajos de consumo, adelantan los autores del informe, pero estos niveles no son "significativamente más bajos que en los países con enfoques diferentes".

La dinámica del consumo de drogas en Portugal después de su despenalización a nivel individual en 2001 resulta crucial para la conclusión final del informe. En los 13 años transcurridos desde entonces, el consumo aumentó inicialmente de manera consecutiva entre 2001 y 2007, pero posteriormente empezó a disminuir hasta llegar a unos índices inferiores a los registrados antes de la fecha de la despenalización. Eso significa que hay factores mucho más determinantes para el consumo de drogas que las prohibiciones, dedujeron los expertos.