Expuesto a pleno sol –con temperaturas estos días de 30 grados– y a las miradas atónitas de cientos de veraneantes, un grupo de 23 inmigrantes ha pasado cinco horas este miércoles en la Punta de Maspalomas, Gran Canaria, España, esperando la decisión de las autoridades sanitarias locales sobre una posible activación dl protocolo de control del virus del Ébola, informa 'El País'.
Los sin papeles, dos de ellos mujeres, habían alcanzado la playa por su propio pie. Todos los inmigrantes son subsaharianos y algunos proceden de Guinea Conakry, según fuentes de la Policía Nacional que han precisado que, en todo caso, su embarcación partió de costas marroquíes hace 48 horas.
Alertados por el personal de limpieza de las playas, los primeros en llegar para atenderlos fueron los voluntarios de la Cruz Roja. Al medirles la temperatura se detectó que seis de ellos tenían la fiebre muy alta. Fue el inicio de la alerta.
El personal de la ONG decidió aplicar su protocolo para casos de ébola y pidió la intervención de la Consejería de Sanidad del Gobierno canario. Sus médicos tardaron en llegar cuatro horas.
Cuatro inmigrantes que presentaban un estado de salud más delicado fueron transportados en camilla por un jeep de la Cruz Roja. Al resto se les subió al remolque de un camión que se utiliza habitualmente para transportar los residuos de las playas.
Al final se cercioraron de que ninguno de los subsaharianos había estado en las últimas tres semanas en Liberia, Sierra Leona o Guinea Conakry, los países afectados por el virus del Ébola, y descartaron cualquier posibilidad de infección.