Según una investigación realizada por 583 sociedades religiosas de todo el mundo y publicada en la revista científica 'PNAS', los seres humanos son propensos a creer en dioses poderosos en tiempos de adversidad y de inclemencias medioambientales.
"La coacción ecológica y la incertidumbre medioambiental pueden hacer que la vida sea muy difícil, y hay evidencias de que estas condiciones tienden a impulsar la sociabilidad (…) promoviendo la cooperación, la equidad y la honestidad", explicó el doctor Carlos Botero de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, quien dirigió el trabajo.
Tras analizar varios datos históricos, sociales y medioambientales, los investigadores llegaron a la conclusión de que la escasez de alimentos y la inestabilidad climática jugó un rol importante en determinadas sociedades y que estas crean en dioses supremos que sirvieron de código moral.
De acuerdo con los autores del estudio, esto explicaría el por qué religiones como el cristianismo y el islam surgieron en regiones del planeta que han sufrido cambios climáticos extremos y donde el hambre era algo frecuente.