Recientemente, en EE.UU. ha aparecido un movimiento social llamado ‘Open Borders’, formado principalmente por economistas y expertos que afirman que negar el traslado a otro país a aquellas personas que lo desean es inmoral y desfavorable para el progreso económico mundial.
Nathan Smith, miembro de este grupo y profesor de la Universidad Fresno Pacific de California, ha enumerado las razones por las cuales el mundo debería optar por la apertura de las fronteras estatales, según publica la revista digital ‘Apparat’
La apertura de fronteras aumentará el bienestar de la humanidad
La eliminación de las fronteras mundiales provocaría que el PIB mundial se duplique. Numerosos economistas han tratado de explicar a lo largo del tiempo que la riqueza y pobreza de un país depende en gran parte del desarrollo de sus instituciones públicas y privadas. Así, cuando los individuos se trasladan a lugares con un sistema institucional más desarrollado, aumentan su productividad. Asimismo, determinados cambios en la ley de inmigración, evitarían que la producción se traslade a lugares inapropiados. En los últimos 30 años, millones de fábricas se han mudado de EE.UU. a China, cuando lo ideal para el primero hubiera sido que los trabajadores provenientes del gigante asiático hubieran sido los que abandonaran su país de origen.
Tanto los inmigrantes no calificados como aquellos que poseen una educación superior, importan
Mark Zuckerberg , el fundador del gigante Facebook, considera que las fronteras estadounidenses deberían estar abiertas para las personas “más inteligentes y talentosas”, ya que la gente que cuenta con una educación superior estimula la innovación e influye positivamente en el desarrollo económico. Además, a pesar de la común creencia referente a que los inmigrantes no calificados no pueden realizar una contribución útil, “si la tierra de cultivo no se trabajara, no valdría nada”.
La eliminación de fronteras no conllevará la desaparición étnica
Debemos velar por el bienestar de la gente, no por el de las culturas y países. Estamos cometiendo un error al intentar ‘retener’ a las personas en un estado si éstas quieren emigrar y adaptarse a otra realidad, ya que difuminar los límites estatales no repercutiría negativamente en la diversidad cultural. Por ejemplo, Irlanda fue el hogar de muchas generaciones de inmigrantes, pero hoy en día existe una mayor cantidad de descendencia irlandesa fuera de sus límites geográficos que dentro, hecho que ha favorecido a que la cultura se extienda.
La apertura de fronteras ayudará a eliminar las desigualdades mundiales
¿Cómo se puede considerar el desarrollo económico como un triunfo moral si el grado de desigualdad internacional aún es tan alto? Quienes apuestan por la apertura fronteriza sostienen que la ayuda a los más necesitados es un deber moral de cada ciudadano, ya que piensan en todas las ventajas económicas, políticas y referentes a otros ámbitos que la inmigración puede aportar.
La emigración masiva beneficiará a los países más pobres
En la mayoría de las ocasiones, los países pobres son los que se benefician de la emigración, ya que quienes regresan, lo hacen con conocimientos, habilidades y contactos útiles afianzados en el extranjero. Asimismo, aportan a la economía del país y pueden servir de inspiración emprendedora para amigos y familiares. Incluso en el hipotético e improbable caso de que esta salida al exterior provocara la despoblación de un país al volverse masiva, se trataría de un escenario positivo para las personas al haber escogido el lugar óptimo para desarrollar su vida.
La vida de las poblaciones locales no se deteriorará
Si el mundo rechazara las fronteras, es poco probable que se produzca una situación de desempleo masivo entre los locales a pesar de que disminuyeran
los salarios. La introducción de la mujer en el mercado laboral también provocó una caída del salario masculino, pero pronto se logró un equilibro. Incluso a modo regulatorio, podría establecerse un impuesto extra sobre los inmigrantes con el fin de recaudar dinero a modo de compensación para la población local.
La apertura de fronteras y la concesión de la ciudadanía, no implican lo mismo
Es importante hacer hincapié en el peligro que supondría que el derecho al voto, por ejemplo, fuese concedido indistintamente a cualquier visitante que cruzase la frontera. En este sentido, la clave estaría en permitir la inserción al mundo laboral, regida por la legislación estatal concreta de cada país, asegurando un respeto total a los derechos humanos, en tanto que la concesión de la ciudadanía y el derecho al voto serían procesados de manera más matizada y pausada.