Después de medio año sirviendo lejos de su ciudad natal, regresó con las fuerzas kurdas hace dos meses a Kobani. Hace tres semanas, Pervin se encontró con su padre en una esquina y él llevaba una pistola. "Sinceramente, cuando oí que mi padre estaba luchando en el frente occidental con el YPG, estuve muy orgullosa de él y me dieron ganas de luchar más", dijo.
Farouk Kobani, que se unió a los defensores de la ciudad a mediados de septiembre, se alegró de ver a su hija ese día, después de meses sin noticias. La semana pasada, Simkin viajó con Pervin al frente occidental, para ver a su padre una vez más. Y aunque ella dice que ahora es su compañero, lo sigue abrazando como a un padre.