El documento admite que todas las mujeres que tengan creencias religiosas distintas a las de los combatientes del grupo extremista, es decir, que no sean musulmanas sunitas, pueden ser esclavizadas. Según los autores, "las 'gentes del Libro' [las cristianas y las judías] merecen un enfoque especial".
Para establecer cuáles son las creencias de cada mujer, el 'manual' dispone practicar interrogaciones mediante métodos que difieren de los utilizados en los interrogatorios a los hombres. Así, el folleto rechaza la aplicación de torturas a las mujeres capturadas, que se someterán a sesiones de "preguntas y respuestas" ejecutadas mediante técnicas tan sofisticadas como deleznables.
A los militantes se los prohíbe "capturar a mujeres apóstatas", es decir, que abandonaron el islam. Para este colectivo la intolerante ideología del salafismo tiene previsto un solo desenlace: la muerte. El resto de las mujeres que caigan en manos del Estado Islámico pueden ser sometidas a abusos sexuales sin restricción alguna.
"Si la mujer es virgen, él [su amo] puede copular con ella inmediatamente después de apoderarse de ella", sugiere un apartado del folleto. "Está permitido comprar, vender o regalar esclavas sexuales", dice otro. Asimismo, se permite "pegar a la esclava para que sirva de ejemplo para otras".