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La policía de Belgrado protege a un desfile gay de la violencia homófoba

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La marcha del orgullo gay en Serbia dejó a la capital del país sumida en un verdadero caos. Varias zonas de Belgrado demolidas, contenedores incendiados y algunos escaparates, trolebuses, autobuses y coches dañados, transmiten claramente la actitud de los homófobos serbios ante las manifestaciones

La marcha del orgullo gay en Serbia dejó a la capital del país sumida en un verdadero caos. Varias zonas de Belgrado demolidas, contenedores incendiados y algunos escaparates, trolebuses, autobuses y coches dañados, transmiten claramente la actitud de los homófobos serbios ante las manifestaciones de este tipo. Según los cálculos preliminares, los daños que sufrió la ciudad ascienden a casi 1,5 millones de dólares.

Hasta 5.600 policias desplegados en el centro de la ciudad y helicópteros destinados a velar por la seguridad de la marcha, no lograron calmar la agresividad de los intolerantes con el movimiento gay. Los choques acabaron con 124 policías y 17 ciudadanos heridos, 2 de ellos de gravedad.

Según el ministro del Interior, Ivica Dacic, unos 6.000 extremistas intentaron romper los cordones policiales que protegían el desfile lanzando piedras, bengalas, botellas y ladrillos.  

Unos 200 ultras fueron detenidos y los arrestos continuaron durante la noche. El portavoz de la Fiscalía, Tomo Zoric, afirmó que todos los agresores serán identificados. Los que no dudaron en participar en los disturbios y atacar a los agentes tendrán penas de al menos 8 años de cárcel para reflexionar sobre su comportamiento.

No sólo los policías fueron víctimas de los homófobos violentos: los atacantes también incendiaron la sede del Partido Democrático (DS), el principal de la coalición gobernante, y atacaron el edificio del Partido Socialista de Serbia (SPS), liderado por el ministro del Interior, Ivica Dacic.

Una vez acabada la marcha, los participantes hicieron una fiesta en el Centro de Cultura Estudiantil y después se fueron a sus casas en vehículos policiales. Pese a todas las incomodidades durante el desfile, la marcha concluyó sin más incidentes.

Los eventos de este género no tienen buena acogida en Serbia: en 2001 la primera marcha gay fue suspendida tras ataques de los radicales y el año pasado fue cancelada debido a la amenaza de grupos nacionalistas radicales.

Los rusos tampoco se quedaron indiferentes con respecto al evento: algunas organizaciones y ciudadanos opuestos a tales acontecimientos, llevaron a cabo una manifestación cerca de la Embajada de Serbia en Moscú. Sin embargo las protestas no tuvieron el cariz violento de las de Belgrado y los homófobos reunidos en Moscú se limitaron a una concentración con pancartas y carteles con lemas explicando su oposición a las marchas de homosexuales en general y al desfile de Belgrado en particular.   

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