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Viudas indias, rechazadas por los prejuicios de la sociedad

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Los prejuicios y supersticiones en la India hacen que una mujer se encuentre al margen de la sociedad al perder a su marido. Sin embargo, hay gente que intenta hacer todo lo posible para ayudarles a mantener una vida digna. Apartadas de la sociedad, miles de viudas indias llegan a la ciudad sagra

Los prejuicios y supersticiones en la India hacen que una mujer se encuentre al margen de la sociedad al perder a su marido. Sin embargo, hay gente que intenta hacer todo lo posible para ayudarles a mantener una vida digna.

Apartadas de la sociedad, miles de viudas indias llegan a la ciudad sagrada de Vindravan, en el norte del país, para encontrar consuelo. Abandonadas por sus familiares y perseguidas por los prejuicios, ven como último remedio acudir a un sitio considerado el santuario del dios hindú Krishna, patrono del amor, a quien ellas empiezan a  considerar su única pareja.

Según el hinduismo tradicional, las viudas traen mala suerte. Ni su muerte puede romper las barreras del tabú instaladas en la sociedad, tanto es así que nadie se atrevería a pararse cerca de su cadáver. Para quienes perdieron a sus maridos, seguir viviendo es una desesperación.

Convertidas en un agobio y una carga para sus familias, las viudas pueden acabar con esta actitud negativa casándose por segunda vez. Pero es un acto mal visto en la sociedad.

A pesar de todo, hay quienes les ofrecen una vida digna a estas mujeres. La organización social 'Cofradía del Servicio' administra dos casas en la ciudad, donde 180 mujeres encontraron refugio.

Radha Biswass llegó a Vrindavan después de que su marido muriera de cáncer. El tratamiento al que había sido sometido resultó muy costoso, por lo que la mujer se quedó sin recurso alguno: “lo único que me queda es prolongar mi vida. Si tengo algo para comer, está bien, pero si no, tampoco es muy malo”, dice.

El presidente de la Cofradía del Servicio, Dr. Mohini Giri, dice que la situación dolorosa en la que terminan las viudas se debe a los prejuicios de la sociedad. "Es una sociedad patriarcal. Y los hombres lo manejan de un modo en el que todo está a su favor. Un hombre puede casarse en segundas nupcias, hacer lo que da la gana, pero con las mujeres es diferente”.

Más allá de toda su utilidad, los centros como éste no dan a basto, ya que obviamente no pueden atender a todas las mujeres que necesitan ayuda. La receta aquí sería acabar con los prejuicios que la sociedad siente por las viudas, pero eso, lamentablemente, es un proceso que puede llevar mucho tiempo.

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