A pesar de que ya ha transcurrido medio año, una hamburguesa y patatas fritas parecen casi tan frescas como el día en que fueron compradas en una popular cadena de comida rápida.
Una fotógrafa estadounidense lleva colgando diariamente las fotos de estos productos en internet desde abril pasado cuando entró en un McDonald's de Nueva York.
Sally Davies inició el Happy Meal Project, nombre basado en un menú infantil de esa cadena de comida rápida, para confirmar sus sospechas de que la comida rápida no sufre las transformaciones naturales con el paso de tiempo y, por eso, no se pueden ver como alimento beneficioso para la salud.
Las imágenes dejan claro que aunque los alimentos han experimentado cierta deshidratación, no revelan ningún indicio de putrefacción.
Sally dijo que la carne de la hamburguesa está como una piedra y se encogió un poco por la deshidratación. El pan se partió en dos mientras que las papas fritas siguen igual.
La vegetariana confiesa trata de llamar la atención pública al tipo de comida que se vende no sólo en McDonald's, sino que también en otros establecimientos de comida rápida.
La mujer está preocupada por la cantidad de conservantes y productos químicos que contiene esta comida que se consume diariamente en grandes cantidades y propone que otros repitan su experimento.
El proyecto produjo un efecto viral en internet y atrajo la atención no sólo de los internautas, sino que también de cadenas televisivas. Tras varios reportajes sobre la mujer y su iniciativa, McDonald's emitió una declaración invitando a que no se saquen conclusiones precipitadas.
“Las bacterias y el moho afloran solamente bajo ciertas condiciones. Por ejemplo, es poco probable que bacterias, moho y descomposición aparezcan sin una humedad suficiente, ya sea en el propio alimento o en el medioambiente en el que éste se encuentre. Si el alimento es o se vuelve lo suficientemente seco, no va a surgir moho o bacterias. La deshidratación es en realidad un método de conservación natural”, afirmó la compañía.