El debate sobre la inmigración se difunde en Europa a velocidades récord. Esta vez el foco de la polémica se ha instalado en Alemania. La canciller federal, Angela Merkel, anunció este sábado que todos los esfuerzos de su país por construir una sociedad multicultural habían "fracasado completamente".
Según admitió la líder de la conservadora Unión Cristiano Demócrata (CDU) frente a los jóvenes de su partido reunido en Potsdam, la idea de que los nativos puedan vivir junto a los inmigrantes en paz y felicidad no funcionó.
"A principios de los 60 nuestro país convocaba a los trabajadores extranjeros para venir a trabajar a Alemania y ahora viven en nuestro país (...) Nos hemos engañado a nosotros mismos. Dijimos: 'No se van a quedar, en algún momento se irán'. Pero esto no es así", agregó la canciller.
Dijo que la necesidad de integración de los extranjeros en la sociedad alemana es vital. Agregó que el Islam es bienvenido en Alemania siempre y cuando "reconozca nuestros valores fundamentales". Recordó que la percepción del Islam se caracteriza por la aplicación de la ley religiosa, la ausencia de igualdad de derechos entre hombres y mujeres, y los 'asesinatos por honor', cosas inadmisibles para un país "con valores cristianos" como Alemania.
Merkel advirtió que los inmigrantes deben aprender alemán para poder competir en el mercado laboral. "Cuando uno no habla el idioma del país en que vive, no sirve para nada, ni para el país ni para la sociedad. Por eso les digo en cada ocasión que tienen que aprender a hablar el idioma alemán con soltura y sin acento".
Invasión extranjera
Los comentarios de Merkel surgen poco tiempo después de que se revelaran los resultados de un sondeo, tildado de 'inquietante' por los expertos. La Fundación Friedrich Ebert calculó tras una investigación que un tercio de la población alemana cree que el país está invadido por los inmigrantes. Más del 50% de los alemanes toleran mal a los musulmanes, mientras que el 10% de los encuestados se muestran más radicales y dicen que el país debería ser dirigido 'con mano firme' por un "Führer".
En agosto, un funcionario del Banco Bentral de Alemania, Thilo Sarrazin, publicó un libro en el que expresó que la inteligencia de la sociedad alemana había disminuido por la inmigración musulmana. Mientras tanto, alrededor de cuatro millones de musulmanes consideran a Alemania como su "casa".
Poco tiempo atrás la canciller alemana mantuvo una reunión con el primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, con quien se comprometió a hacer mayores esfuerzos para garantizar la integración de los 2,5 millones de personas de origen turco que residen en Alemania, pues al parecer el país no tiene otra alternativa que admitir que millones de extranjeros ya forman parte de su población. Esto ya lo ha hecho el presidente alemán, Christian Wulff, que en uno de sus discursos señaló que "el Islam también pertenece a Alemania".