Desde la noche del domingo, los trabajadores de la red nacional de ferrocarriles en Bélgica se encuentran en una huelga de 24 horas.
El sindicato, que une al 65% de los funcionarios de la Sociedad Nacional Ferroviaria de Bélgica, protesta contra la reestructuración del departamento B-Cargo, que se ocupa del transporte de cargas. Además, los empleados ferroviarios quieren que les paguen las bonificaciones a los maquinistas de los trenes de carga. Tampoco les gusta la idea de cobrar 7 euros por cada pasaje internacional. Según el sindicato, esto puede llevar al cierre de 45 puntos de venta y provocar despidos de unos 200 empleados.
La comunicación interna y la que conecta vía trenes Bélgica con Francia, Paises Bajos y Alemania está parada. Los pasajeros no tienen otro remedio que ir de autobuses, lo que prolonga el camino unas dos horas. Sin embargo, las empresas ferrocarriles ofrecieron a sus clientes a cambiar sus pasajes para otro día.
La circulación automóvil también está casi parada, pues el país se encuentra con varios embotellamientos de 350 kilómetros en total.