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El ‘Azafato rabioso’ se someterá a un programa de rehabilitación

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El ex azafato de la compañía aérea JetBlue, Steven Slater, que se fugó por la salida de emergencia de un avión tras una riña con los pasajeros, eludió la cárcel pero debe pagar una multa a la empresa y participar en un programa de rehabilitación mental, informa AP.
El ‘Azafato rabioso’ se someterá a un programa de rehabilitación

El ex azafato de la compañía aérea JetBlue, Steven Slater, que se fugó por la salida de emergencia de un avión tras una riña con los pasajeros, eludió la cárcel pero debe pagar una multa a la empresa y participar en un programa de rehabilitación mental, informa AP.

Slater reconoció su culpa en el incidente y alcanzó un acuerdo con la Fiscalía de Queens por el que se compromete a participar durante doce meses en un programa de rehabilitación mental y a pagar a JetBlue 10.000 dólares para compensar los gastos que su acción ocasionó a la empresa. El azafato, de 38 años, llegó a ese acuerdo tras declararse culpable de varios delitos relacionados con un acto de negligencia.

Durante un año, el ex empleado de JetBlue se someterá a un tratamiento personalizado en el que será supervisado por las autoridades. Si Slater viola los términos de su acuerdo, será encarcelado por un plazo de hasta tres años. “Creo que el acusado ha reconocido finalmente la seriedad de sus acciones y está determinado a asumir su responsabilidad”, declaró en un comunicado el fiscal del distrito de Queens, Richard Brown.

Steven Slater se convirtió en una verdadera celebridad mediática tras un incidente el 9 de agosto en el aeropuerto JFK, durante el vuelo de la compañía JetBlue de Pittsburgh a Nueva York. El azafato perdió los nervios cuando un pasajero se levantó para coger su equipaje de mano nada más aterrizar, mientras el avión todavía estaba en movimiento. Slater le pidió al pasajero que se sentara pero éste no le obedeció y golpeó a Slater con su maleta en la cabeza.

Desde ese momento el empleado de JetBlue comenzó a perder el control y terminó por usar la megafonía del avión para expresar todo lo que pensaba sobre los pasajeros empleando expresiones groseras. Luego cogió dos latas de cerveza, accionó la apertura de los toboganes y se tiró a través de uno hasta la pista, donde corrió al aparcamiento en el que se encontraba su coche. Poco después en la web comenzaron a aparecer cientos de comentarios de internautas que expresaron su apoyo al azafato enfurecido.

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