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Devolver a las aves la libertad de volar

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Decenas de aves rapaces parten en cajas en un viaje sin retorno. Atados con vendas e inmovilizados, halcones y águilas se convierten en víctimas del tráfico ilegal. El precio de un ejemplar suele oscilar entre los 2.000 y los 5.000 dólares en Moscú. Sin embargo, al llegar a su destino final, por ej
Devolver a las aves la libertad de volar

Decenas de aves rapaces parten en cajas en un viaje sin retorno. Atados con vendas e inmovilizados, halcones y águilas se convierten en víctimas del tráfico ilegal. El precio de un ejemplar suele oscilar entre los 2.000 y los 5.000 dólares en Moscú. Sin embargo, al llegar a su destino final, por ejemplo, Arabia Saudí, su valor podría alcanzar hasta los 80.000 dólares.

Según la organización medioambiental WWF, más de mil aves rapaces son capturadas al año en Rusia por contrabandistas. De ellas, 500 mueren en su proceso de comercialización, y sólo un 10% es interceptado en las aduanas.

Después de que la policía se incauta de algunas de estas aves, se recuperan de los malos tratos sufridos en los centros de rehabilitación. 'Jolzan', un centro de monitoreo y rehabilitación de las aves rapaces, está situado en el corazón de los Urales y es una de las dos fundaciones más importantes del país en este sector. Aquí cada halcón o cada águila tienen su historia particular.

Según contó el ornitólogo Alexei Bajterev, una de las aves que actualmente se cuidan en el centro estaba casi muerta cuando llegó. Los empleados del centro la crían y ahora está sana, se puede cazar con ella. Todos los días la entrenan para que no pierda sus instintos de caza.

Oleg Svetlitski, director del centro 'Jolzan', comenzó en 2003 un sueño que tenía en su cabeza desde la niñez: fundar un centro de rehabilitación para aves rapaces. Desde el primer momento, se percibe en este ornitólogo que su trabajo es vocacional.

Como explica el director, tras cinco años de duro trabajo, el centro ha conseguido liberar 26 aves rapaces que ya contemplan desde lo más alto del cielo. Mientras otras 54, que han sido rehabilitadas, ya nunca podrán volar como antes. Y no lo harán porque se acostumbraron a convivir con los hombres. Desde ese momento, las aves dejan de ser salvajes al cien por cien, y ya no pueden sobrevivir por sí mismas. Aunque en el centro de rehabilitación trabajan con las crías de estos animales para que dentro de unos años estén inmersas en su hábitat natural.

Según comentó Oleg Svetlitski, "lo que hacemos es que las aves mayores alimentan a las crías. Así estas crías solo tienen contacto directo con sus padres y no con los hombres. Esto es muy importante, porque implica que puedan volver a volar libremente y puedan volver a reproducirse en medio de la naturaleza".

Para Oleg, la educación de los más pequeños ocupa un lugar importante en sus prioridades. Durante un día les intenta explicar a los niños lo vital que son estas especies para la conservación del medio ambiente. "Nuestras excursiones pueden influir en los niños, que pensarán más en la naturaleza que nosotros. Porque hay mucha gente que mata a esas aves, por ejemplo, para hacer pájaros disecados", explica el director.

La lucha por sacar a estas aves rapaces de la lista negra de especies en extinción es compleja. El tráfico ilegal dificulta aún más, si cabe, el conseguir este objetivo, pero para Oleg, como para todo su equipo, el esfuerzo merece la pena con tan solo ver a un halcón volando libremente en el cielo.

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