¿Con más de mil millones de personas que padecen hambre, podemos gastar un dólar más en la guerra? Se preguntan los representantes de la organización estadounidense 'Food Not Bombs' en su sitio web www.foodnotbombs.net. RT logró una entrevista con Keith McHenry, uno de los fundadores del movimiento 'Food Not Bombs', que dio inicio al 'freeganismo'.
RT: ¿Cómo ha llegado al estilo de vida anticonsumista?
Mi padre fue un ranger del Parque Nacional, así que vivimos en una atmósfera salvaje. Me dio 'Walden' de Henry David Thoreau cuando tenía diez años. Este libro me produjo una impresión inolvidable.
En los 70, cuando nuestro país empezó a convertirse en la tierra del 'fast food', empecé a buscar caminos para participar en acciones sociales. Cuando perdí mi hogar en 1976 me di cuenta de que podía encontrar comida u otras cosas en los basureros, cerca de las tiendas de comestibles.
En 1979 comencé mi carrera de trabajador en una planta y pregunté a los encargados si podía repartir los productos defectuosos entre las personas sin hogar. Me contestaron que sería genial. Conducimos yendo de tienda en tienda, de las panaderías a los mercados de productos recogiendo la comida que no podían vender, y la entregábamos a los pobres. También preparábamos platos con estos productos y los repartíamos gratuitamente en las calles. Dimos a este proyecto el nombre de 'Food Not Bombs' ('Comida, no bombas'). Los partidarios de nuestro movimiento reparten comida no vendida en mil ciudades por todo el mundo y llaman a la población a oponerse contra las guerras, apoyando al mismo tiempo las ideas de protección del medio ambiente. Fui uno de los voluntarios del movimiento 'Food Not Bombs' durante 30 años. Todo ese tiempo viví en un antiguo bus escolar para evitar el pago del alquiler.
RT: ¿Entonces, fue uno de los fundadores de 'Food Not Bombs'?
Hice mucho por el movimiento, incluso las inversiones. Un día encontré en un basurero los lienzos originales de un taller de diseño gráfico y luego, en el mismo lugar, descubrí todo lo que necesitaba para organizar mi propio taller: cartón, papel, cera... Pasados unos años me contrató como diseñador el equipo de baloncesto Boston Red Sox and Celtics y otros equipos deportivos, todo el beneficio de esta actividad lo asigné para apoyar 'Food Not Bombs'.
RT: Usted es un experto del movimiento de los 'freegans'. ¿Es verdad que ellos divulgan la idea de trabajar menos?
No diría que la idea sea trabajar menos. Sí consumir menos. Pero sí que preferimos trabajar mucho en nuestras comunidades, en vez de trabajar para las compañías. Nuestra acción está dedicada a proyectos más viables y que no siempre se basan en el dinero. Dedicamos una gran parte del tiempo a la creación de huertas orgánicas, la reparación de bicicletas, y el abastecimiento con comida de nuestras comunidades dedicadas al sistema de recolección y distribución.
RT: ¿Cómo se imagina un mundo donde la mayoría de las personas son 'freegans'?
El capitalismo no puede ser estable. Hay una conexión directa entre las causas de los fracasos de la economía global y el colapso del ecosistema. Se dificulta la extracción de los recursos. Crece el hambre, aumentan los precios de los productos alimenticios y los precios del petróleo. Nos espera un futuro más pavoroso que la reciente tragedia de BP. Cada vez más gente se da cuenta de que no nos quedará otra salida que cultivar nuestra propia comida, abastecernos con propia energía. Miles de americanos se convierten en 'freegans' para descubrir qué necesitan para construir sus casas, vestirse y alimentarse. Creo que éste puede ser un buen paso para ir del derroche de la sociedad a la reutilización de las cosas. La horticultura orgánica, la utilización de energía solar y eólica, la tejeduría y la costura son unas pocas cosas que debemos saber hacer si queremos sobrevivir.
Este proceso puede durar décadas. Creo que algunas zonas como EE. UU. podrían aceptar ese estilo de vida dentro de menos de diez años, pero lo ideal es que se convirtiera en realidad para la mayoría de los ciudadanos del planeta. Creo que el mundo va a convertirse con rapidez en un mundo de personas libres ('freemen').
Natalia Serdyuk, RT