Estudiantes británicos toman la sede de los 'tories' contra las tasas altas

Miles de estudiantes británicos han invadido el cuartel general del gobernante Partido Conservador en Londres para expresar su desacuerdo con la decisión del Gobierno de triplicar las tasas universitarias.

La protesta se ha iniciado esta mañana y ha reunido a más de 30.000 personas entre estudiantes y profesores universitarios. Los manifestantes han recorrido el centro de la capital británica, han quemado pancartas y arrojado huevos y piedras a los representantes de la policía cuando estos trataban de dispersarlos con porras.

La protesta se originó a causa de una decisión del Gobierno del primer ministro, David Cameron, de sufragar los costes de otros cursos de enseñanza a través del aumento de las tasas universitarias. Si se aprueba el proyecto gubernamental, a partir del año 2012 el precio del estudio se tornará entre las 6.000 y las 9.000 libras esterlinas anuales. Hasta ahora los estudiantes han pagado por la universidad unas 3.300 libras anuales. La propuesta desató una ola de indignación de los estudiantes que no tardaron en ir a protestar a la sede gubernamental.

Esta masiva protesta es la primera manifestación de rechazo a las medidas del Gobierno de David Cameron, que asumió el poder en mayo pasado. Sin embargo, la bronca estudiantil no va hacia Cameron, sino más bien hacia el viceprimer ministro y líder de los demócratas liberales, Nick Clegg. Fue su partido el que durante la campaña electoral prometió oponerse fuertemente al plan de aumento de las tasas universitarias. Ahora, prácticamente apoyaron la iniciativa. Explican que es la única manera de defender a los estudiantes de escasos recursos que no pueden afrontar el coste de la enseñanza.

Los indignados no escuchan los argumentos y los ánimos se están caldeando. Los estudiantes arrojan piedras y pedazos de concreto de los techos a los policías. La Unión Nacional de Estudiantes, que organizó la manifestación, no esperaba que esta situación fuera a dar ese giro. Los representantes de la entidad han condenado el comportamiento agresivo de los manifestantes, diciendo que los "responsables deberían sentirse avergonzados".

Mientras tanto, la manifestación ya ha sido calificada como la peor desde los años 80, cuando se produjeron grandes manifestaciones contra la 'dama de hierro' Margaret Thatcher.